La noche vísperas del Samhain

Hace más de 30 siglos, el 1 de noviembre de cada año, los pueblos celtas de Europa celebraban su año nuevo, llamado Samhain, con un festival de la cosecha. La víspera del Samhain, la cultura y tradición celta creía que los espíritus junto con hadas y demonios caminaban por la Tierra camino del Más Allá. 

La noche víspera del Samhain, los celtas sacrificaban animales a sus dioses, se reunión alrededor de hogueras y se disfrazaban con pieles de animales para confundir a los espíritus y evitar que los poseyeran.

Con la llegada del cristianismo a las tierras celtas conquistadas por el Imperio Romano, la víspera del Samhain pasó a llamarse la “Víspera de Todos los Santos”, en inglés “All Hallow’s Eve” que terminó derivando en Halloween.

3.000 años después de la civilización celta, Halloween se ha consagrado como una de las fiestas más populares entre los más pequeños y no tan pequeños,  llegando puntual cada 30 de octubre a las programaciones del colegio.  

El cerebro libera adrenalina cuando sentimos temor, pero, al verificar que la situación es segura, activa serotonina y dopamina, los neurotransmisores asociados al placer, la euforia y la recompensa. Por eso nos gusta pasar miedo y por esa razón, Les Enfants de Escolinos salieron a sembrar el pánico por las diferentes estancias de la escuela.

Les Enfants de Escolinos son inconformistas, rebeldes y permanentemente dispuestos a demostrarlo. Así que pensaron que la mejor manera de hacerse notar en un contexto de diversidad como es el desfile y baile de disfraces de Halloween, era paradójicamente, salir todos iguales.  

Además de todos los actos preparados por el departamento de inglés del centro, Les Enfants de Escolinos disfrutaron del visionado de una película vinculada a la temática de Halloween.

Todos disfrutaron de los actos y festejos del día en el colegio calentando motores para la salida nocturna en busca, puerta a puerta, de caramelos y chuches al grito de “truco o trato”.

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