RECUERDO Y MEMORIA

En España el 1 de noviembre es una fecha marcada en el calendario y dedicada al recuerdo y la memoria de las personas queridas que nos dejaron. Ese día los familiares visitan los cementerios y depositan flores en las tumbas de sus difuntos.

En Marruecos no hay establecido un día de difuntos, pero es común las visitas al cementerio a lo largo del año, especialmente en días señalados como el aniversario de su nacimiento o fallecimiento. Las familias acuden al cementerio a regar las plantas que cubren la tumba y a leer el Corán junto a la cabecera de la tumba, en su lado derecho.

En México gracias a la película “Coco” todos sabemos cómo las familias honran a sus muertos colocando un altar con fotografías y objetos de las personas fallecidas donde se depositan ofrendas.

Podríamos seguir con el resto de tradiciones, ritos y celebraciones en honor de las personas fallecidas que tienen lugar en las diferentes culturas de origen del alumnado de Escolinos, pero el denominador común de todas ellas, no es otro que la memoria y el recuerdo de todos aquellos que nos dejaron la huella imborrable de su paso por nuestras vidas.

Al igual que el personaje “Alegría” en la película “Del revés”, los adultos de hoy en día tratamos por todos los medios de alejar a nuestros pequeños del dolor y del duelo. La muerte no existe, usamos decenas de eufemismos delante de ellos y no permitimos en la mayoría de los casos que participen de los diferentes rituales y costumbres que, a modo de despedida, cada cultura y religión establece.    Como en el filme aludido, les privamos de sentir y regular una de las emociones que cataliza y nos ayuda a comprender y superar dichos momentos: la tristeza.

Al final “Alegría” en “Del revés” entiende que la tristeza es parte natural de la vida, consiguiendo así recuerdos esenciales con las emociones mezcladas. A la tristeza por la perdida de un ser querido se une la alegría por la celebración de su vida, y en especial los momentos felices que vivimos junto a ellos.

Los alumnos de escolinos quisimos celebrar la vida de aquellos familiares que se fueron y emocionarnos compartiendo recuerdos propios o transmitidos en la familia sobre su historia y su legado.

Creamos un mural de la memoria en el aula con las fotografías de todos ellos y a modo de exposición oral una tras otra y uno tras otro, fueron desgranando desde el atril el relato de sus vidas: quiénes eran, qué hicieron, enseñanzas, anécdotas, curiosidades, sentimientos y en definitiva todo su acervo.

Historias de gente sencilla, muchas historias familiares, unas pocas tristes, otras curiosas y alguna de película. Todas fueron diferentes y todas muy emocionantes. Difícil no quedar atrapado en cada una de ellas.

Sin duda una de las actividades más gratificantes de las que se recuerdan en Escolinos, tanto para los alumnos, como para mí, y espero también para los padres y madres que participaron en la misma, trasmitiendo a sus hijos la crónica de su linaje.

Si tan solo esta actividad ha servido para reunir a padres, madres e hijos en torno a una mesa y compartir el recuerdo y la memoria de aquellos que se fueron, ya ha sido un éxito. Como dice una frase de la película “Coco”: “Sólo se muere cuando se olvida. Y yo nunca te olvido”

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